
Hace poco, Consumer Reports publicó un artículo sobre la presencia de metales pesados, como plomo y arsénico, en la fórmula para bebés. Poco después, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció la “Operation Stork Speed”, una nueva iniciativa para fortalecer la supervisión de la industria de fórmula para bebés, que incluye realizar pruebas adicionales para detectar metales pesados y otros contaminantes dañinos, así como la actualización de las reglamentaciones sobre la fórmula para bebés por primera vez en casi dos décadas.
Desde entonces, los padres han estado buscando respuestas y apoyo de pediatras y centros de toxicología en todo el país para averiguar cómo podría afectar esta situación a sus bebés. Para atender estas preocupaciones, Katie K. Lockwood, MD, MEd, Directora de Educación de la Red de Atención Médica Primaria (Primary Care Network) del Children’s Hospital of Philadelphia (CHOP) y pediatra de CHOP Primary Care, Flourtown, explica lo siguiente:
• Qué significan los hallazgos de Consumer Reports
• Por qué la iniciativa del HHS podría representar una mejora positiva para los padres
• Cómo la información engañosa está asustando a los padres más de lo necesario
¿Qué tipo de metales pesados se encontraron en las 41 fórmulas para bebés evaluadas por Consumer Reports?
Consumer Reports analizó fórmulas tradicionales, como Similac y Enfamil, así como marcas blancas populares, marcas importadas y fórmulas orgánicas como Bobbie. Se encontró que alrededor de la mitad de las muestras estaban contaminadas con al menos una sustancia química tóxica, como arsénico, plomo, PFAS, entre otras sustancias.
Aunque es preocupante escuchar que la fórmula que les damos a nuestros hijos puede tener una sustancia química dañina, debemos ponerlo en perspectiva. El arsénico se encuentra comúnmente en alimentos cultivados en aguas subterráneas, como el arroz y los arándanos. En las últimas tres décadas, ha habido varias alertas sobre el arsénico en jugos de manzana, compotas de manzana y alimentos para bebés. En 2023, la FDA redujo el límite aceptable de arsénico, por lo que es más probable que ahora se detecte a un nivel considerado “alto”.
Lo más importante que usted debe hacer si se entera de que la fórmula que le está dando a su hijo contiene niveles altos de metales pesados o que se retiró del mercado por cualquier razón, es dejar de usar esa fórmula y consultar con el médico de su hijo.
En la mayoría de los casos, no recomendamos la prueba de arsénico en orina porque no hay nada que hacer al respecto más allá de dejar de consumir esa fórmula específica. Si los padres están muy preocupados, pueden hablar con el proveedor de atención médica de su hijo sobre las pruebas disponibles. Puede desechar cualquier fórmula no utilizada y potencialmente dañina por el desagüe.
A continuación, se detallan los productos químicos específicos que Consumer Reports identificó en su análisis de las fórmulas para bebés y su posible daño a la salud humana.
Arsénico
El arsénico es un metal pesado presente en la naturaleza y es cancerígeno para los seres humanos. Se puede encontrar en el suelo y las aguas subterráneas, y en los alimentos que se cultivan en esos entornos. El fracking (fracturación hidráulica) y los pesticidas pueden aumentar la probabilidad de que el agua y el suelo contengan altos niveles de arsénico. El arsénico es una de las sustancias naturales más tóxicas presentes en el medio ambiente, y se ha detectado en alimentos para bebés, jugos de frutas y agua embotellada.
En siete de las 41 fórmulas analizadas por Consumer Reports se detectaron niveles elevados de arsénico, de hasta 19,7 partes por mil millones (PPB, por sus siglas en inglés), y en otras dos fórmulas se encontraron niveles cercanos a ese valor. Actualmente, no existen límites establecidos para el arsénico en las fórmulas para bebés, pero la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) estableció un límite de 10 PPB para el agua potable municipal, y la FDA fijó el mismo límite para el agua embotellada.
Plomo
El plomo también es un metal pesado que se encuentra en la naturaleza y es tóxico. Aunque la mayoría de las familias están al tanto de los riesgos de envenenamiento por plomo proveniente de la pintura a base de plomo y de las tuberías antiguas, esta sustancia también puede contaminar los alimentos a través del suelo de cultivo y el agua de riego. Los efectos nocivos de la intoxicación por plomo en los niños están bien estudiados y se sabe que pueden tener un profundo impacto neurológico. La exposición al plomo se ha vinculado con un menor coeficiente intelectual, trastorno por déficit de atención, hiperactividad y problemas de comportamiento.
En casi la mitad (18 de 41) de las fórmulas para bebés evaluadas por Consumer Reports, los niveles de plomo excedieron el estándar de protección más estricto disponible: el nivel máximo de dosis permitida (MADL, por sus siglas en inglés), establecido por la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California (OEHHA, por sus siglas en inglés). En 18 de las fórmulas evaluadas, la ingesta de plomo para un bebé promedio de 3 meses sería de un 50 a un 100% del límite permitido por el MADL.
PFAS y otras sustancias químicas relacionadas
Consumer Reports también analizó las fórmulas para bebés en busca de:
- PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas)
- Bisfenol A (BPA) y acrilamida, sustancias químicas conocidas por ser perjudiciales para la salud de los bebés
- Mercurio y cadmio, otros dos metales pesados que conllevan posibles riesgos para la salud
- Potasio, puede ser peligroso en niveles excesivos
PFAS, a veces llamados “sustancias químicas permanentes”, que son contaminantes producidos por el ser humano y que se quedan por mucho tiempo en el medio ambiente y en nuestro cuerpo. Se sigue investigando sobre sus posibles efectos dañinos en la salud humana, la inmunidad, la fertilidad y la longevidad. Existen miles de estos compuestos, y los efectos de muchos de ellos no se entienden o no están regulados completamente. Los autores del estudio recomendaron filtrar el agua potable utilizada para mezclar la fórmula en polvo, para minimizar cualquier efecto derivado de la exposición a las PFAS.
Se encontró que solo una fórmula contenía BPA, una sustancia química creada por el ser humano para fabricar plásticos más resistentes. Se ha demostrado que el BPA se transfiere del plástico a los alimentos e interfiere con la función hormonal normal de los seres humanos. En los Estados Unidos se prohibió el uso del BPA en biberones y envases de fórmula para bebés. No se encontró mercurio en ninguna de las fórmulas analizadas. El cadmio se encontró a niveles extremadamente bajos y no preocupantes. Los niveles de potasio tampoco fueron preocupantes.
¿Cómo llegan los metales pesados a los alimentos que consumimos?
El suelo, el agua y el aire contienen metales pesados, y nuestros alimentos crecen en esos entornos. Los procesos naturales de la Tierra, como las erupciones volcánicas, o los procesos humanos, como la quema de carbón, pueden liberar mercurio al aire, el cual puede viajar grandes distancias antes de caer de nuevo al suelo. Como resultado, tenemos mercurio en nuestros lagos, arroyos y océanos, y suelo. Estos metales pueden depositarse en las plantas o absorberse a través de sus raíces. Ocasionalmente, ocurren eventos donde las personas son directamente responsables de dejar que los metales entren en nuestros alimentos y especias. Es importante encontrar empresas de alimentos que tengan proveedores orgánicos, que hagan análisis para detectar metales y otras sustancias químicas, y que realicen pruebas independientes de los productos.
¿Existen niveles “seguros” de metales pesados?
Algunos metales pesados como el hierro, el zinc, el cobre y el manganeso, son nutrientes esenciales y vitales para la supervivencia humana (aunque también pueden ser tóxicos en dosis elevadas). Por ejemplo, el hierro es necesario para formar las células sanguíneas que transportan oxígeno. Por otro lado, los metales pesados como el arsénico, el mercurio, el plomo y el cadmio no tienen ninguna función útil en el cuerpo humano, por lo que debemos procurar mantener sus niveles tan bajos como sea posible.
¿Es posible evitar por completo la ingesta de metales pesados y toxinas?
Desafortunadamente, diría que es imposible evitar por completo los metales pesados y las toxinas, pero podemos hacer nuestro mejor esfuerzo. Los expertos en salud ambiental a menudo promueven la idea de que debemos trabajar juntos para mantener nuestra exposición a las toxinas tan baja como sea razonablemente posible (ALARA, por sus siglas en inglés).
Elegir empresas de alimentos certificadas por el Clean Label Project es una manera de mantener nuestra exposición alimentaria a metales y toxinas tan baja como sea razonablemente posible (ALARA).
Recursos adicionales
- Kirchner L. “Probamos 41 fórmulas para bebés en busca de plomo y arsénico.” Consumer Reports, 18 de marzo de 2025. (En inglés).
- “HHS y FDA anuncian la Operación Stork Speed para ampliar las opciones de fórmulas infantiles seguras, confiables y nutritivas para las familias estadounidenses.” Comunicado de prensa de la FDA, 18 de marzo de 2025. (En inglés).
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Hace poco, Consumer Reports publicó un artículo sobre la presencia de metales pesados, como plomo y arsénico, en la fórmula para bebés. Poco después, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) anunció la “Operation Stork Speed”, una nueva iniciativa para fortalecer la supervisión de la industria de fórmula para bebés, que incluye realizar pruebas adicionales para detectar metales pesados y otros contaminantes dañinos, así como la actualización de las reglamentaciones sobre la fórmula para bebés por primera vez en casi dos décadas.
Desde entonces, los padres han estado buscando respuestas y apoyo de pediatras y centros de toxicología en todo el país para averiguar cómo podría afectar esta situación a sus bebés. Para atender estas preocupaciones, Katie K. Lockwood, MD, MEd, Directora de Educación de la Red de Atención Médica Primaria (Primary Care Network) del Children’s Hospital of Philadelphia (CHOP) y pediatra de CHOP Primary Care, Flourtown, explica lo siguiente:
• Qué significan los hallazgos de Consumer Reports
• Por qué la iniciativa del HHS podría representar una mejora positiva para los padres
• Cómo la información engañosa está asustando a los padres más de lo necesario
¿Qué tipo de metales pesados se encontraron en las 41 fórmulas para bebés evaluadas por Consumer Reports?
Consumer Reports analizó fórmulas tradicionales, como Similac y Enfamil, así como marcas blancas populares, marcas importadas y fórmulas orgánicas como Bobbie. Se encontró que alrededor de la mitad de las muestras estaban contaminadas con al menos una sustancia química tóxica, como arsénico, plomo, PFAS, entre otras sustancias.
Aunque es preocupante escuchar que la fórmula que les damos a nuestros hijos puede tener una sustancia química dañina, debemos ponerlo en perspectiva. El arsénico se encuentra comúnmente en alimentos cultivados en aguas subterráneas, como el arroz y los arándanos. En las últimas tres décadas, ha habido varias alertas sobre el arsénico en jugos de manzana, compotas de manzana y alimentos para bebés. En 2023, la FDA redujo el límite aceptable de arsénico, por lo que es más probable que ahora se detecte a un nivel considerado “alto”.
Lo más importante que usted debe hacer si se entera de que la fórmula que le está dando a su hijo contiene niveles altos de metales pesados o que se retiró del mercado por cualquier razón, es dejar de usar esa fórmula y consultar con el médico de su hijo.
En la mayoría de los casos, no recomendamos la prueba de arsénico en orina porque no hay nada que hacer al respecto más allá de dejar de consumir esa fórmula específica. Si los padres están muy preocupados, pueden hablar con el proveedor de atención médica de su hijo sobre las pruebas disponibles. Puede desechar cualquier fórmula no utilizada y potencialmente dañina por el desagüe.
A continuación, se detallan los productos químicos específicos que Consumer Reports identificó en su análisis de las fórmulas para bebés y su posible daño a la salud humana.
Arsénico
El arsénico es un metal pesado presente en la naturaleza y es cancerígeno para los seres humanos. Se puede encontrar en el suelo y las aguas subterráneas, y en los alimentos que se cultivan en esos entornos. El fracking (fracturación hidráulica) y los pesticidas pueden aumentar la probabilidad de que el agua y el suelo contengan altos niveles de arsénico. El arsénico es una de las sustancias naturales más tóxicas presentes en el medio ambiente, y se ha detectado en alimentos para bebés, jugos de frutas y agua embotellada.
En siete de las 41 fórmulas analizadas por Consumer Reports se detectaron niveles elevados de arsénico, de hasta 19,7 partes por mil millones (PPB, por sus siglas en inglés), y en otras dos fórmulas se encontraron niveles cercanos a ese valor. Actualmente, no existen límites establecidos para el arsénico en las fórmulas para bebés, pero la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) estableció un límite de 10 PPB para el agua potable municipal, y la FDA fijó el mismo límite para el agua embotellada.
Plomo
El plomo también es un metal pesado que se encuentra en la naturaleza y es tóxico. Aunque la mayoría de las familias están al tanto de los riesgos de envenenamiento por plomo proveniente de la pintura a base de plomo y de las tuberías antiguas, esta sustancia también puede contaminar los alimentos a través del suelo de cultivo y el agua de riego. Los efectos nocivos de la intoxicación por plomo en los niños están bien estudiados y se sabe que pueden tener un profundo impacto neurológico. La exposición al plomo se ha vinculado con un menor coeficiente intelectual, trastorno por déficit de atención, hiperactividad y problemas de comportamiento.
En casi la mitad (18 de 41) de las fórmulas para bebés evaluadas por Consumer Reports, los niveles de plomo excedieron el estándar de protección más estricto disponible: el nivel máximo de dosis permitida (MADL, por sus siglas en inglés), establecido por la Oficina de Evaluación de Riesgos para la Salud Ambiental de California (OEHHA, por sus siglas en inglés). En 18 de las fórmulas evaluadas, la ingesta de plomo para un bebé promedio de 3 meses sería de un 50 a un 100% del límite permitido por el MADL.
PFAS y otras sustancias químicas relacionadas
Consumer Reports también analizó las fórmulas para bebés en busca de:
- PFAS (sustancias perfluoroalquiladas y polifluoroalquiladas)
- Bisfenol A (BPA) y acrilamida, sustancias químicas conocidas por ser perjudiciales para la salud de los bebés
- Mercurio y cadmio, otros dos metales pesados que conllevan posibles riesgos para la salud
- Potasio, puede ser peligroso en niveles excesivos
PFAS, a veces llamados “sustancias químicas permanentes”, que son contaminantes producidos por el ser humano y que se quedan por mucho tiempo en el medio ambiente y en nuestro cuerpo. Se sigue investigando sobre sus posibles efectos dañinos en la salud humana, la inmunidad, la fertilidad y la longevidad. Existen miles de estos compuestos, y los efectos de muchos de ellos no se entienden o no están regulados completamente. Los autores del estudio recomendaron filtrar el agua potable utilizada para mezclar la fórmula en polvo, para minimizar cualquier efecto derivado de la exposición a las PFAS.
Se encontró que solo una fórmula contenía BPA, una sustancia química creada por el ser humano para fabricar plásticos más resistentes. Se ha demostrado que el BPA se transfiere del plástico a los alimentos e interfiere con la función hormonal normal de los seres humanos. En los Estados Unidos se prohibió el uso del BPA en biberones y envases de fórmula para bebés. No se encontró mercurio en ninguna de las fórmulas analizadas. El cadmio se encontró a niveles extremadamente bajos y no preocupantes. Los niveles de potasio tampoco fueron preocupantes.
¿Cómo llegan los metales pesados a los alimentos que consumimos?
El suelo, el agua y el aire contienen metales pesados, y nuestros alimentos crecen en esos entornos. Los procesos naturales de la Tierra, como las erupciones volcánicas, o los procesos humanos, como la quema de carbón, pueden liberar mercurio al aire, el cual puede viajar grandes distancias antes de caer de nuevo al suelo. Como resultado, tenemos mercurio en nuestros lagos, arroyos y océanos, y suelo. Estos metales pueden depositarse en las plantas o absorberse a través de sus raíces. Ocasionalmente, ocurren eventos donde las personas son directamente responsables de dejar que los metales entren en nuestros alimentos y especias. Es importante encontrar empresas de alimentos que tengan proveedores orgánicos, que hagan análisis para detectar metales y otras sustancias químicas, y que realicen pruebas independientes de los productos.
¿Existen niveles “seguros” de metales pesados?
Algunos metales pesados como el hierro, el zinc, el cobre y el manganeso, son nutrientes esenciales y vitales para la supervivencia humana (aunque también pueden ser tóxicos en dosis elevadas). Por ejemplo, el hierro es necesario para formar las células sanguíneas que transportan oxígeno. Por otro lado, los metales pesados como el arsénico, el mercurio, el plomo y el cadmio no tienen ninguna función útil en el cuerpo humano, por lo que debemos procurar mantener sus niveles tan bajos como sea posible.
¿Es posible evitar por completo la ingesta de metales pesados y toxinas?
Desafortunadamente, diría que es imposible evitar por completo los metales pesados y las toxinas, pero podemos hacer nuestro mejor esfuerzo. Los expertos en salud ambiental a menudo promueven la idea de que debemos trabajar juntos para mantener nuestra exposición a las toxinas tan baja como sea razonablemente posible (ALARA, por sus siglas en inglés).
Elegir empresas de alimentos certificadas por el Clean Label Project es una manera de mantener nuestra exposición alimentaria a metales y toxinas tan baja como sea razonablemente posible (ALARA).
Recursos adicionales
- Kirchner L. “Probamos 41 fórmulas para bebés en busca de plomo y arsénico.” Consumer Reports, 18 de marzo de 2025. (En inglés).
- “HHS y FDA anuncian la Operación Stork Speed para ampliar las opciones de fórmulas infantiles seguras, confiables y nutritivas para las familias estadounidenses.” Comunicado de prensa de la FDA, 18 de marzo de 2025. (En inglés).
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